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LAMENTABLE

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LAMENTABLE, de verdad, que el PP de Sáenz de Buruaga haya ocultado (mejor dicho, no se ha hecho eco) de la muerte de la madre de Ignacio Diego, que fuera presidente de Cantabria (2011-15) y presidente del Partido Popular en la comunidad autónoma. En las redes sociales se han hecho eco de este óbito y han censurado al PP de Buruaga de mantener la boca cerrada, es decir, no emitir siquiera una nota oficial de pésame. 

Se opina que se pueden tener diferencias políticas o, como es el caso, haber denunciado en su día lo que fue un auténtico "pucherazo" en un congreso regional que los actuales regidores del PP -con Buruaga de candidata- ganaron por apenas dos votos, pero ante situaciones como la muerte de una madre -en este caso de todo un presidente de Cantabria- el partido debía reaccionar haciendo públicas las condolencias.

En política no se puede estar sin corazón y esto lo ha demostrado tanto Buruaga como el coro de aplaudidores que la rodean solo con el objetivo de vivir de la política, ya que no pueden hacerlo por otras vías. Buruaga fue vicepresidenta con Ignacio Diego y secretaria general del PP y creremos, como se señala en las redes sociales, debió expresar en nombre de la organización el pesar de la dirección y de la militancia. 

Por otra parte, hay que constatar que Ignacio Diego ha mantenido un prudente silencio sin manifestaciones públicas que afectaran a su partido y a sus actuales dirigentes, es decir, una ética política que no han tenido hacia él en un caso, como el comentado, de dolor familiar. 

En fin, la actitud de la organización del PP de Cantabria con Buruaga a la cabeza se ha puesto a la altura del barro o, mejor dicho, de la indecencia política. Ahora se puede entender mejor cómo Sáenz de Buruaga y su equipo perdieron de forma tan estrepitosa las elecciones en Cantabria, con el resultado más bajo de toda su historia. 

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