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"Recuerdos en la memoria", obra de Eufrasio Sainz Peón que hoy se presenta en la sala Mauro Muriedas

Ha sido editada conjuntamente por los concejales de Mayores, Borja Sainz y la concejal de Cultura, Esther Vélez.

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"Recuerdos en la memoria", obra de Eufrasio Sainz Peón que hoy se presenta en la sala Mauro Muriedas
16-03-2022

ESTE JUEVES, 17 de marzo, a partir de las 19 horas, se presenta el libro Recuerdos en la Memoria de Eufrasio Sainz Peón, editado por la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Torrelavega. El acto se celebra en la sala Mauro Muriedas. En el transcurso del mismo intervendrán los concejales de Cultura, Esther Vélez y de Mayores, Borja Sainz; el doctor en Periodismo, José Ramón Saiz y el presidente del Centro de Mayores, Ramiro Bustamante, Pedro Cayón Ruiz, del que es socio Frasio desde hace doce años y en cuyo salón de actos ha impartido muchas conferencias sobre sus recuerdos de Torrelavega. 

Los saludas insertados en esta obra están a cargo de Borja Sainz Ahumada, concejal de Mayores y Sanidad y de Esther Vélez, concejala de Cultura. Por su parte, el prólogo de la obra lleva la firma de José Ramón Saiz y el epílogo a cargo de Pedro Arce. 

En esta obra el autor realiza incursiones en su etapa de tratante de ganado siguiendo la tradición de sus antepasados, así como la biografía de personajes que conoció como Francisco Guerra, Pedro Matías Gómez, Vicente Trueba o el alcalde de la ciudad, Jesús Collado Soto. 

Editada por Los Cántabros, la coordinación de la obra ha estado a cargo de sus hijos Ramón y Santiago Sainz Calasanz.  Eufrasio Sainz Peón cuenta actualmente con 95 años de edad y es el decano de los miembros de la Sociedad Cántabra de Escritores

FRASIO, UN ARTÍCULO DE PEDRO ARCE

¡Muchas personas conocen a Frasio!, en Torrelavega y en toda Cantabria. Eufrasio Sainz Peón (Torrelavega, 1927) nació al lado de La Llama y de la castiza Plazuela de San Bartolomé, en una casa que antaño había sido una antigua ermita y se ha dedicado profesionalmente al trato de ganado, en una ciudad que ha sido paradigma de las ferias ganaderas, primero en La Llama y después en el Mercado Nacional de Ganados. Comenzó de chalán y después ya de tratante.

Asistió de niño al Grupo Escolar del Este o del Mortuorio (Hoy Colegio ?José Mª de Pereda?, del cual fui docente y tuve el honor de dirigir hace ya más de cuatro décadas), incorporándose en la primera promoción del ya lejano año de 1933, cuando se inauguró el centro y guardando del mismo un agradecido recuerdo. Pronto ayudó a su familia en las tareas ganaderas, siguió la estela paterna y se dedicó al trato del ganado, comprando y vendiendo reses vacunas. Y como tal ha recorrido casi toda Cantabria, ha visitado miles de cuadras, ha hablado con miles de ganaderos y personas con las que se ha encontrado y ha transitado carreteras y camberas para adquirir reses; habitual también en las muchas ferias de ganado que se celebraban en Torrelavega, Solares, Sarón, Orejo, Beranga, Cabezón, etc.

Y ello salvo el tiempo que estuvo en el Servicio Militar, que realizó en Aviación y durante un tiempo estuvo destinado en el entonces Destacamento Aéreo del Aeródromo de La Albericia (Santander). Pero su vida militar fue mucho más errante, pues fue destinado a la 5ª

Región Aérea, en el Pinar de Antequera (Valladolid), en el campo de aviación de Rozas (Lugo), desde donde llegó al aeródromo de La Albericia, en el que pasó catorce meses de mili. Aún todavía estuvo en Villanubla a principios de 1948, dónde se encontré al cabo Luciano Estrada Eguren, ?Pachicho?, que después sería el suegro del consejero Marcano. ¡Vaya un periplo!

Y licenciado del servicio militar, vuelta a casa, atender el ganado y dedicarse, primero con su padre, y después ya él solo, como tratante, a la tarea de compra y venta de ganado vacuno, tanto en las ferias como por los pueblos de Cantabria, especialmente los más próximos a la zona del Besaya. Ello le ha permitido un conocimiento de muchos pueblos y lugares de Cantabria que alcanza a personas, sitios, historias y curiosidades que es digno de admirar y un placer escucharle, pues es un amenísimo conversador.

Eufrasio Sainz Peón, Frasio, es un hombre que ya peina canas y ha entrado con buen pie en la década de los años noventa; después de todos estos años guarda en su memoria los recuerdos de su vida de una forma admirable, con una nitidez asombrosa, como si hubiera ocurrido ayer mismo. Su memoria es prodigiosa y posee una amplia cultura, por lo que hablar con él es una delicia?

Es una persona que destaca por su bonhomía y deseo de servir a los demás, como lo demostró en su día cuando hace no muchos años pudo ayudar a Carpio, el último pasiego de la Braguía, a quién se le había condenado a pagar los daños de un vehículo que había atropellado una vaca suya que murió en el accidente. Y Carpio decía: Y a mí, ¿quién me paga la vaca?? La Justicia le llegó a embargar lo que más quería, sus vacas, y esto desató una tempestad de solidaridad hacia Carpio, especialmente en Selaya.

Cuando de esto se enteró Frasio, fue a visitarle, pedirle permiso y abrir una cuenta en una entidad bancaria de Selaya; para eso, Carpio debió autorizarlo y firmarlo, a su manera, pues no sabía leer ni escribir. Sin embargo, no se llegó a abrir la cuenta, pues pronto llegó un anónimo de tres mil euros que casi paga el gasto; el resto lo hizo Frasio con una urna que se colocó en un conocido bar de Selaya, que Carpio solía frecuentar cuando bajaba a esta localidad.

Carpio, el último pasiego de la Braguía como decían algunos, continuó atendiendo a sus gallinas, perros y vacas hasta que una enfermedad pulmonar, ocasionada quizás por sus deficientes condiciones de vida en aquellas alturas de Cantabria, ha acabado con él. Estuvo ingresado en Valdecilla, pues el mal le había hecho mella en su correoso cuerpo y pasó el final de sus días en Santa Clotilde, de dónde llegó a decir que nunca había dormido en una cama con sábanas. Y en estos centros asistenciales, allí estaba Frasio y sus amigos, para hacerle compañía en sus últimos días. ¡Esto lo dice todo del espíritu generoso de Frasio!

?Pero la existencia de Frasio es mucho más, pues ha tenido una vida intensa, que actualmente la observa complacido desde la atalaya de sus años vividos intensamente, tanto desde el mundo profesional, como desde sus grandes inquietudes sociales y culturales, gozando de una prodigiosa memoria, conociendo a muchas personas de Torrelavega y de toda Cantabria, así como múltiples historias y anécdotas, lo que ha demostrado en múltiples conferencias y en la publicación de un libro que pronto saldrá a la luz y seguramente será muy apreciado por los lectores. Y a él suelo recurrir yo mismo cuando preciso datos o información sobre los temas más diversos sobre los que he investigado. ¡Y agradezco su bonhomía y su saber!