Diario Digital controlado por OJD

Enrique Lavín Barquín, campeón pasiego de brinco

En San Roque De Riomiera vivió el que tal vez sea uno de los mejores saltadores que la historia ha dado en la modalidad de salto pasiego denominado en la pasiaguería como “dos atrinconis y un brincu”.

Enviar a un amigo
Enrique Lavín Barquín, campeón pasiego de brinco
19-02-2020

FACEBOOK, DEL MURO DE ÁNGEL NEILA MAJADA

ENRIQUE LAVÍN BARQUÍN, EL CAMPEÓN PASIEGO DEL BRINCO

“Pa lus dos atrinconis y un brincu hay que brincar con los pantalonis metíus po los calcetines, lo mesmu que pa dar patás al vejigu” (Dicho de un pasiego de La Concha).

En San Roque De Riomiera vivió el que tal vez sea uno de los mejores saltadores que la historia ha dado en la modalidad de salto pasiego denominado en la pasiaguería como “dos atrinconis y un brincu”. Y me refiero a la historia de los saltadores pasiegos que no han sido o son atletas en el sentido estricto de la palabra. Modalidad ésta pasiega que se asemeja a la de triple salto, sólo que en vez de un tar-tam y foso de arena aquí se hace en un “prau” o en un “corrobolos” y de una manera un tanto rudimentaria respecto a toda la parafernalia –necesaria por otra parte- que rodea a la especialidad atlética, pues por ejemplo la línea que separa la zona de carrera y de salto puede ser una cinta plástica sujetada por ambos extremos con sendas piedras o una simple vara de avellano, en vez de una tabla de madera con plastilina como en el atletismo, por poner un ejemplo. Se trata de Enrique Lavín Barquín “El Manco” (1), minusvalía que le causó, cuando era mozo, una bomba o granada de piña abandonada en un paraje de San Roque de Riomiera conocido como El Carrascal, arrancándole de cuajo un brazo y varios dedos de la otra mano, mientras que otro mozo que se encontraba junto a él y que se llamaba Domingo Gómez Samperio perdió un ojo a causa de la deflagación.

Tal era su fama que don Vidal de las Pozas, a la sazón Director General de Prisiones en aquel entonces y natural de San Roque de Riomiera oyó hablar de Enrique y le llevó a Santander para que compitiera contra un atleta de color (se cree que era norteamericano) que practicaba el triple salto y que por aquellas fechas –finales de la década de los años cuarenta del siglo XX- se encontraba en la capital de Cantabria. En la campa de la Magdalena se enfrentaron ambos en singular duelo. El terreno estaba algo resbaladizo por las últimas lluvias caídas. El atleta de color saltó en primer lugar y después Enrique, que resbaló en la primera batida al no contar con calzado adecuado quedando a mucha distancia de su oponente. El pasiego se quedó pensativo y comenzó a inspeccionar el “prau”, notando que en la zona de salto descollaban unos pequeños “burucos” que estaban más secos y por consiguiente en mejor estado “pa aposar el brincu” y tener así menos probabilidades de “esborregarsi”. Sólo que había un problema: los “burucos” no estaban en línea sino que hacían un pequeño zig-zag. A estas dificultades se sumaba su minusvalía, que no le permitía una correcta estabilidad y acompañarse en el impulso final. Pero no se amilanó. En el segundo intento el pasiego le sacó un palmo al “morenucu”, que en su tercer intento no logró mejorar la marca de aquel. El duelo fue épico y muy celebrado y comentado en la capital santanderina.
-----------
(1). Entre las personas que conocieron a Enrique Lavín Barquín se encuentra Paulino Lavín Diego, natural de San Roque de Riomiera y que contaba 67 años de edad cuando me entrevisté con él en el año 2004 en su domicilio de Santiago de Heras, donde tenía un bar. Otro testimonio que recogí fue el de Ángel Crespo Pérez, de Calseca, nieto de Obdulia Pérez Barquín, prima carnal de Enrique Lavín Barquín, sobre quien otros vecinos de San Roque de Riomiera también me trasladaron sus respectivos testimonios, caso de Juan Manuel Lavín Abascal y Gabino Crespo Abascal. Todo ello lo publiqué en un artículo titulado “El salto pasiego: hombre y palo en idílica armonía, Revista LOS CÁNTABROS, Nº 2, 2004.

FOTO: Aparece brincando Enrique Lavín en el "corrobolos" o bolera del barrio La Pedrosa de San Roque de Riomiera. Adviértase que la raya que separa la zona de carrera de la de salto es un simple palo. Archivo particular.