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La falta de política de desarrollo económico provoca fuga de talento, empresas y un alto coste de oportunidad

Es habitual encontrarnos emprendedores que no encontraron más que muros administrativos en nuestra comunidad y facilidades en el País Vasco o Asturias y que, por consiguiente, han llevado allí su empresa

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La falta de política de desarrollo económico provoca fuga de talento, empresas y un alto coste de oportunidad
09-11-2018

La falta de política de desarrollo económico en Cantabria está provocando no solo la fuga de talento y empresas sino un alto coste de oportunidad a la región.

Es habitual encontrarnos emprendedores que no encontraron más que muros administrativos en nuestra comunidad y facilidades en el País Vasco o Asturias y que, por consiguiente, han llevado allí su empresa.

Es inaudito que el Gobierno de Cantabria tenga a sus espaldas mega inversiones fallidas en empresas prometiendo cientos de puestos de trabajo y que pequeñas empresas, proyectos innovadores, así como emprendedores se tengan que ir fuera de la región porque no hay apoyo para ellos, sino barreras administrativas.

Cuando entendamos que el 95% de la empresa española tiene menos de 5 trabajadores, es decir son pymes, pero que representan el 65% del PIB y generan el 66% de los puestos de empleo y que a su vez la pyme y micro pyme es la que más ayuda necesita desde la institución pública para poder adaptarse a los cambios que la revolución tecnológica ha producido, quizá se comiencen a realizar políticas de desarrollo, de retención de talento y de impulso a la innovación.

Los Presupuestos regionales que gestionan los políticos son de todos los cántabros. Pagamos impuestos para mantener una estructura administrativa, unos servicios y garantías básicas, así como a unos políticos para que hagan política buscando el bien general y un futuro mejor para todos los ciudadanos.

Pues bien, además de destinar parte de ese dinero público al mantenimiento de la estructura hay una parte que va para inversiones.

La definición más extendida y aceptada de “inversión”, propuesta por el profesor Massé, describe el término como “el acto mediante el cual se cambia la posibilidad de una satisfacción inmediata y cierta a la que se renuncia por una expectativa de que ocurra un suceso, del cual el bien invertido es el soporte, asumiendo el riesgo y la incertidumbre de que no se cumplan las previsiones de flujos”.

Pues la decisión de a qué renunciamos para invertir en una expectativa la toman los políticos y por supuesto que siempre existe un riesgo y hay una incertidumbre. Aquí me enfoco en las inversiones económicas o empresariales que se traducen en Producto Interior Bruto y creación de empleo, no en las inversiones improductivas económicamente hablando y que todo Estado tiene que realizar.

Partimos de la base que la decisión óptima de inversión en términos económicos será aquella que permita cumplir con el objetivo financiero de la empresa, maximizando el valor de la empresa. En el caso de la Administración, la inversión en apoyo a la empresa, emprendimiento e innovación será maximizar el valor del conjunto de empresas, aumentar el Producto Interior Bruto de Cantabria, generar riqueza y con ello puestos de trabajo y prosperidad digna para los cántabros.