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La lucha por la vida

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18-05-2024

Por  CLAQUETA

Título: “LA LUCHA POR LA VIDA”

Género: Teatro

Autor: Pio Baroja. Sobre la trilogía novelada de obras, “La Busca”, “Mala Hierba” y “Aurora Roja” 

Adaptación: José Ramón Fernández

Dirección: Ramón Barea

Intérpretes : Ramón Barea, Arnatz Puertas, Leire Hormazabal, Aitor Fermandino, Olatz Ganboa,  Ione Irazabal, Itziar Lezkano, Diego Pérez, Sandra Ortueta y Alfonso Torregrosa. Muchos de ellos doblando personajes hasta llegar a 100 

Sala Argenta

Critica: Segunda producción del Teatro Arriaga de Bilbao, en esta ocasión con la colaboración del Español de Madrid; llevada a cabo bajo la dirección de, Ramón Barea. La primera que también vimos en el Palacio  de este teatro bilbaíno, fue, “El viaje a Ninguna Parte” de, Fernando  Fernán Gómez, con Barea igualmente de director  actor.

Este director vasco, más conocido de actor de cine y Tv en España; como el sucesor de, Agustín González, pues aunque con distinto registro, no hay película, o serie televisiva, de los últimos tiempos, donde no tenga un papel, la mayoría de las ocasiones clave. Responde con este montaje a sus raíces teatrales. Fundo hasta una escuela de teatro en Vizcaya, donde muchas veces estudió al Bertolt Brecht, autor del sistema de interpretación, usado en esta función. Una escuela  desde donde relanzo su carrera. 

Ha conseguido crear un ambiente teatral con cierto tono espectacular, relanzando en lenguaje teatral, una trilogía  novelada, resaltando la palabra, como gustaba de la escena, su autor, Pio Baroja, que no tuvo gran predicamento, en el género, pero que fue crítico teatral del Diario “El Globo”. Afirmando de una representación de “Hamblet”, “Es una obra, en la que los protagonistas pudieran salir en camiseta, sin perder la calidad”. Con ello, Don Pio, señalaba que el teatro, no eran decorados, ni vestuario, lo importante es la palabra.  Se ponía enfrente de los entendidos de la época, dando más valor a lo estético, que al relato.

En cambio Barea, con el apoyo principal del adaptador, José Ramón Fernández, por cierto, Premio de Teatro, Calderón de la Barca, el destacado entre los dramaturgos españoles, coloca los diálogos, esenciales del argumento, en primer plano, engrandeciendo la palabra, siendo fiel al autor, por su especial amor al teatro. Pero también una excelente carpintería teatral, original de, José Ibarrola, está presente en el montaje, así como un vestuario de, Betitxe Saitua; curiosamente no de época al cien por cien, pero cuyo sentido neutro, sí que la retrata. Luego no podemos olvidar la música, que acompaña al desarrollo dramático; en un diseño de, Adrian García de los Ojos, eso sí, respetando los géneros de la época, además de uno central, en toda la representación, con cambios de ritmo, muy sugerentes y descriptivo de la acción escénica. Con momento en el que los personajes  rompen a cantar, al igual que en una comedia musical.

No terminan ahí la colaboración a la importancia argumental presidida por la palabra. Una estudiada iluminación a cargo de,  David Alcorta, apoya con gran perfección analítica, cada ambiente en el que se desarrolla la acción. Creándonos, una especie de viaje en el tiempo, haciendo aun  más creíbles las situaciones. No podía faltar, en una narrativa, con cierto tono cinematográfico, algunos audiovisuales, de apoyo, creados por, Ibon Aguirre

Con esta representación, se pone de manifiesto,  la importancia del sector publico en la cultura. Serian imposibles los costes para una empresa privada de una producción  así. Diez interpretes, magníficos, por cierto; cada uno en sus roles diferentes, salvo dos de ellos, en escena. Durante las dos horas y media de representación, con un intermedio de  quince minutos, protagonizando, con su cambio de indumentaria, a cien personajes, supondría un riesgo importante para cualquier productora.

Esta cuestión, también Ramón Barea, la resuelve con éxito. Moviendo todas las piezas, con delicadeza de joyero, con una dirección de actores, se nota muy personalizada, pues  el protagonista, que no es él, interpretando al supuesto Pio Baroja, sino, el joven , que vive la aventura, debe hacer casi de niño hasta  llegar a la madurez, al final de la función.

Y nos faltaba hablar de Pio Baroja, autor maldito, pero grandioso que hermosa historia. ¡Cómo la describe, haciendo de un especial narrador, que a veces se apiada de sus personajes creados por su ficción. El que por cierto, el tan vasco, se desarrolla la acción entre Soria y Madrid.