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La SCE, tras las huellas del grumete Juan de Santander

Comienza el martes un ciclo de conferencias sobre el joven de Cueto que dio la vuelta al mundo con Magallanes y Elcano

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La SCE, tras las huellas del grumete Juan de Santander
17-02-2020

El presidente de la Sociedad Cántabra de Escritores, Isidro Cicero, anunció una serie de actividades culturales que se desarrollarán a lo largo del año 2020 en Santander con motivo del Quinto Centenario de la Primera Circunnavegación del Mundo llevada a cabo entre 1519 y 1523, por la expedición capitaneada sucesivamente por Fernando Magallanes y Juan Sebastián Elcano.

Aparte de su trascendencia histórica, los dos motivos que llevan a la SCE a señalar expresamente esta hazaña son que en ella participó, en calidad de grumete, un joven cántabro, probablemente de entre trece y dieciséis años, llamado Juan de Santander, natural de Cueto y que la peripecia de Magallanes y Elcano tuvo un reflejo literario muy importante a través del género de la crónica, antecedente del género periodístico de este nombre, a través de figuras tan importantes como Antonio Pigaffeta.

La programación de un ciclo de conferencias será una de estas actividades, de la que está prevista también su edición en un libro recopilatorio. El concurso anual de relatos breves que convoca la SCE tendrá este año como tema la figura del legendario grumete santanderino, que consiguió sobrevivir a una aventura, considerada como una de las mayores hazañas de la humanidad, solo comparable a los viajes espaciales. El ciclo se inicia el martes 18 a las 19:30 en el salón de actos del Centro Gallego de Santander de conferencias sobre la figura del grumete Juan de Santander y la hazaña histórica en la que participó, que tal serie de actividades culturales que la SCE os que tendrán el historiador, escritor y crítico de arte Antonio Martínez Cerezo, con el título “El grumete circular de Cueto, Juan de Santander”

El interés de Martínez Cerezo por la figura del grumete de Cueto arranca de sus trabajos histórico-literarios que alimentan su serie de artículos semanales en el Diario Montañés, bajo el título genérico de “Cantabria insólita”, donde ha desarrollado el rema del grumete santanderino en varias ocasiones. A Martínez Cerezo le llamó la atención en primer lugar la peripecia inicial de un muchacho de entre trece y dieciséis años, la edad que solían tener los grumetes, que se desplazó ocho ciento kilómetros hasta Sevilla y que allí se alistó en un proyecto de tanta incertidumbre. 

La Sociedad Cántabra de Escritores quiere aprovechar la celebración del Quinto Centenario de aquella gesta para resaltar valores humanos tan destacados como el esfuerzo heroico, el espíritu de superación y supervivencia al límite de las fuerzas. Para Isidro Cicero, “la gesta en la que participó un joven de Cueto hace quinientos años es representativa de lo que el hombre es capaz para vencer las mayores dificultades, imaginar mundos nuevos y buscar soluciones arriesgadas aparentemente por encima de los límites de la propia naturaleza”. 

Cantabria, Santander y Cueto participaron en aquella epopeya a través de varios de sus hombres que perecieron en el empeño y de los que solo regresó con vida Juan de Santander. “Aunque haya participado en la primera vuelta al mundo desde uno de los puestos menos relevantes y más humildes de la expedición, el de grumete, es un héroe a recordar y admirar”.

Martínez Cerezo piensa que el joven Juan de Santander tuvo que ser una persona fuerte, de gran resistencia física y psicológica, de lo contrario no hubiera sobrevivido a las penalidades que costaron la vida a unos 230 de los aproximadamente 250 hombres y casi niños que salieron de Sanlúcar de Barrameda el 20 de septiembre de 1519 a bordo de cinco navíos.  

El oficio de grumete requería agilidad para trepar a los palos y realizar las tareas más humildes de los navíos, obedeciendo las órdenes de todos los oficiales. Se ha registrado la presencia de niños menores de doce años en viajes de la misma época, cuyos derechos al menos en teoría estaban protegidos por la ley, pero que no siempre se respetaban. De hecho, la primera ejecución decretada por Magallanes contra uno de sus hombres fue motivada por un caso de sodomía cometido con un grumete. 

Martínez Cerezo ha destacado la meticulosidad y detalle con la que se realizaban los procedimientos administrativos para las expediciones trasatlánticas españolas tanto en la época de los Reyes Católicos como de Carlos I, meticulosidad de la que es buena prueba el expediente de Juan de Santander. Tanto la lista de alistamiento en setiembre de 1519 como el libro de la cuenta de liquidaciones en 1523 aparece el joven de Cueto declarando que se llamaba Juan de Santander y que era hijo de Diego de Bo y de Catalina del Río. 

“La heroicidad de los protagonistas, el trabajo literario de Antonio de Pigafetta, precursor del género de la crónica, y, sobre todo, el hecho de que uno de los supervivientes fuera un joven cántabro, son motivos suficientes para que la SCE haga un esfuerzo intelectual y cultural que analice las diversas facetas de aquel acontecimiento y sirva para ponerlo en valor al nivel que merece”, concluyó Cicero.