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LO MAS CASPOSO DEL “PROCES”

...un señor de esa misma generación, llamado Lluis Llach, que tanto admirásemos en su día, ha pasado de cantar “L’estac” de Campanadas a Mort, para llevar permanentemente sobre su cabeza, una barretina.

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LO MAS CASPOSO DEL “PROCES”
21-11-2017

Desde ésta tan sentida Cantabria nuestra, apreciamos como parcialmente ciertos lo que los medios prodigan referente al llamado “procés” catalán.


Barcelona, tierra de promisión para los que iniciábamos nuestra formación como arquitectos en el 1968 del mayo francés, significaba una Escuela de Arquitectura puntera, un urbanismo en la ciudad y su area metropolitana regido por el visionario Plan Cerdá y sus ulteriores desarrollos. Esa Barcelona, significaba una formación más cosmopolita y más europea que la central Escuela de Madrid. Posteriores circunstancias personales imposibilitaron mi formación en la misma.


La actual Cataluña, desde hace tiempo busca identidades en “Paisos Catalans” que nunca fueron sujeto político, en Revoluciónes del Textil del ochocentismo finisecular y en ese catalanismo culto que dio lugar a la Renaixenca y el Modernismo, ese Modernismo que admiramos en nuestra Comillas, elegida como veraneo por alta burguesía catalana, mientras en otra silenciosa Cataluña, se gesta un movimiento síndico-anarquista que se rebela contra el ya endogámico empresariado y da lugar a la mal llamada “Semana Trágica” de Barcelona.


Esta Cataluña, es heredera de su pasado y de sus circunstancias y decidirá, en marco legal pactado, su “statu quo” español y europeo, al que siempre estuvo, está y estará vinculada.


Pues bien, en ese “procés”, lo más casposo, no es un presidente de la Generalitat que en vez de huir a un ignoto refugio del Pirineo leridano, una recóndita casa payesa, una cueva en la Garrocha o un anónimo apartamento en multipropiedad en Sitges, elige Flandes para desde allí, remedar y reconstruir sus huestes.
Tampoco, lo más casposo del fracasado “procés”, es una sollozante presidenta de Asamblea, que miente a la justicia y después es recibida por un funcionariado agradecido delante de una nube de reporteros.


Igualmente, tampoco lo más casposo del “procés”, son políticos independentistas, que abandonan y olvidan la hoja de ruta marcada para El Raval, antigu?o Barrio Chino de Barcelona, por sus antecesores políticos, implantando el MACBA, el CCCB, Oficinas de la Seguridad Social o la APU Barcelona Video Digital, así como actuaciones rehabilitadoras de gran calado, que han dejado a la CUP una “estrámbotica okupación” del número 43 de la calle El Robador, donde buenas intenciones mancomunadas, dan paso a centros de drogadicción ó embriones de prostíbulos.


Tanta dedicación, esfuerzos y medios económicos perdidos en multitudinarias manifestaciones teatralizadas, paralizan y congelan planes de ravales y arrabales en donde otra clase silenciosa, mora, trabaja y lleva a sus vástagos el 2-O al público colegio del barrio, cuando horas antes, en el mayor privado colegio del Raval se forma una larga cola de votantes con complicidad de mozzos .


De ambas realidades, mi cámara y yo, fuimos testigos.


Esta clase política catalana, deja hondas cicatrices en su camino, aún a sabiendas, de que en un futuro cercano, esa población de ravales, mejorará su pirámide poblacional y la sostenibilidad de sus pensiones.


No, no, para mí y mi generación, hija de aquel mayo, lo más casposo del “procés“ es un señor de esa misma generación, llamado Lluis Llach, que tanto admirásemos en su día, ha pasado de cantar “L’estac” de Campanadas a Mort, para llevar permanentemente sobre su cabeza un gorro que quiere parecer una barretina.


Esa barretina, ha quedado estampada en esa estelada, y costará muchos años borrarla para que Agencias Europeas de Medicamentos se fijen en nuestra querida Cataluña.


Fernando-Lucas Rodríguez González
ARQUITECTO