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Muere Fidel González Cuevas, el último constructor del 'boom' del ladrillo

Artífice de algunos de los proyectos urbanísticos más significativos de la región, presidió durante 11 años la Asociación de Constructores y Promotores de Cantabria

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Muere Fidel González Cuevas, el último constructor del 'boom' del ladrillo
06-07-2017
Fidel González Cuevas, fallecido el pasado lunes en Santander, lo fue todo en el mundo de la construcción en Cantabria. Presidió durante 11 años la Asociación de Constructores y Promotores, tuvo buenas y pésimas relaciones con los políticos, intervino en las luchas de poder de la CEOE y construyó algunos de los proyectos urbanísticos más significativos de la región.

González Cuevas nació en 1937 en Santiurde de Reinosa. Fue seminarista en su juventud y se licenció en Económicas en la Universidad de Deusto. Su primer trabajo, todavía de estudiante, fue en el BBVA. Pasó al Grupo Rumasa, de Ruiz Mateos, en el que llegó a ser director general de uno de sus bancos. Lo era todavía cuando en 1974 desembarcó en Santander con su nueva sociedad, Placinsa, con la que desarrollaría su actividad a partir de entonces en la región.

La primera gran urbanización de Placinsa se levantó en Punta Umbría (Huelva) y las siguientes ya tendrían Cantabria y Santander como su asiento. La lista es larga y significativa: Residencial San Fernando, una de sus primera obras y en la que tuvo su sede la empresa; los 'Toblerones', 78 chalets adosados frente al campo del Racing que se llamaron en su día 'Quinta Romana', y los aparcamientos subterráneos de la plazas del Ayuntamiento, México y Pombo.

Precisamente las obras del aparcamiento de la plaza del Ayuntamiento provocaron su primer enfrentamiento político, con una sonora polémica que llegó a la prensa con el Partido Popular y el entonces alcalde Manuel Huerta. González Cuevas fue siempre un empresario consciente de la necesidad de tener buenas relaciones con el poder político. «Siempre hay que estar al lado del que manda; es el que te puede ayudar y el que tiene el dinero», declaró una vez en una entrevista con El Diario. Lo cumplió en el caso del Partido Regionalista de Cantabria, con el que las mantuvo inmejorables, y siempre apoyó a su líder, Miguel Ángel Revilla; y se olvidó en el caso del Partido Popular, una enemistad íntima que tuvo su último episodio en septiembre de 2011, cuando dejó la presidencia de los constructores recalcando que dimitía «para dar una satisfacción al PP y a la CEOE». Antes había batallado sin éxito contra Miguel Mirones por la presidencia de la patronal.

Su última gran obra fue residencial Rovacías, en Comillas, donde levantó un complejo de 300 apartamentos, 60 chalets adosados y 70 parcelas para construir. Además de un hotel y un campo de golf. Fue el canto de cisne de un imperio. No vio venir la crisis en el primer momento -en 2007 declaraba que se acababa en 2008- pero un año después ya daba por seguro el fin de una época. «Cerrarán cientos de empresas», declaraba a El Diario. Tenía razón y la suya fue una de ellas, ahogada por la deuda bancaria.

Deja esposa y tres hijas.