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Un día cualquiera del mes de mayo de 1931

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Un día cualquiera del mes de mayo de 1931
14-04-2021

Un día cualquiera del mes mayo de 1931, en un puebluco como otro cualquiera de la España rural y campesina. Se había proclamado el 14 de abril la II República.

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María entra corriendo en su humilde casa.

_ Padre, madre, ¿habéis escuchado lo que dicen en la plaza?

_ Es cierto hija, por fin tendré un trozo de tierra para trabajarla y no depender del señor.

_ Padre, ¿esto será bueno para mí también?

_ Claro hija. Con la República todos seremos iguales, sin diferencias sociales. Era el sueño de la gente campesina como nosotros

_ ¿Y podré estudiar?

_ Sí, hija. Y podrás ser lo que quieras, el Estado os dará una buena educación. La que no tuvimos madre y yo.

_ Y si Manuel me pega después de la boda, como a la Engracia, ¿tendré que soportar toda la vida esos golpes?

_ No hija mía, eso cambiará en cuanto aprueben el divorcio, como nos han prometido. Nunca más.

_ Padre, Manuel quiere participar en las elecciones que vendrán, dice que quiere ayudar al pueblo y a la gente. No sé si eso de meterse en la política nos traerá disgustos...

_ No te apures María, todos tenemos derecho a intentar cambiar las cosas y Manuel, desde que está en el partido republicano, sabe que la Constitución le permitirá ser concejal, alcalde… o ministro si se tercia.

_ No digas esas cosas padre, me asusta pensar que, algún día, esto cambiará, y mi Manuel vaya a la cárcel.

_ Hazme caso hija mía. Tú podrás estudiar lo que quieras, ser libre y feliz con tus convicciones y deseos. La República ha llegado para quedarse para siempre. Verás que felices seremos en libertad.

 

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Este fragmento inventado podría servir de preludio a cualquier historia de las humildes gentes que confiaron en la República. El resto está oculto en las cunetas, en los bosques, en las tapias de los cementerios, en las huertas abandonadas, en los eriales de las tierras sin nombre y sin dueño.

 

Este sueño acabo con el Golpe de Estado Militar de 1936, una guerra civil, que nunca debió de llegar y una larga dictadura que muchos se empeñan en recuperar hoy en día.

Muchos Manuel y María fueron perseguidos y fusilados. Y los descendientes de Manuel y María aún siguen buscando sus restos para honrarlos como "hombres y mujeres" buenos.

Por ellos y ellas no debemos blanquear al fascismo. Por ellos y ellas debemos luchar por la III República. Por ellos y ellas hoy decimos, más alto que nunca, que los fascistas NO PASARÁN.

¡Viva la República!