Diario Digital controlado por OJD

Años ochenta: Tiempo de iniciativas sociales en Torrelavega

Por JOSÉ RAMÓN SAIZ

Enviar a un amigo

 

 

La década de los ochenta -al margen de las vicisitudes políticas- representaron para la ciudad un importante avance en la concienciación social. La crónica de los acontecimientos así lo pone de manifiesto. No sólo irrumpe con fuerza la Casa de los Muchachos cuando la parroquia de la Asunción decide ceder su gestión a los religiosos amigonianos (1982), sino que se fundan asociaciones con respuesta a retos sociales de gran calado: la Cooperativa contra el Paro (CORCOPAR), la Asociación Montañesa de Ayuda al Toxicómano (AMAT) y, finalmente, AMICA, que  en estos años de su fundación dejaron una impronta labor social. Al tiempo, comienza a desarrollarse la autonomía de Cantabria con su Estatuto que entró en vigor el 31 de enero de 1982 y que en abril contó con su primer Gobierno del que formaron parte dos torrelaveguenses.

 

            Este VI volúmen de la Historia de Torre La Vega, Siglo XX, abarca la época que discurre entre 1981 y 1985, cinco años en los que España y los españoles asistimos -en la jornada del 23 de febrero de 1981- a un intento de abortar la legalidad constitucional, la dimisión de Adolfo Suárez, gran artífice de la transición, la llegada de Leopoldo Calvo Sotelo y, finalmente, las elecciones del 28 de octubre de 1982 que ganó con autoridad el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) encabezado por Felipe González, que se convirtió en el  primer Jefe de Gobierno en la alternancia de partidos en nuestra joven democracia. Una marea electoral que llevó al candidato, Manuel Rotella, al mejor resultado en elecciones municipales con quince de los veinticinco concejales. Era el 8 de mayo de 1983.

 

En la primera etapa que abordamos, Manuel Teira sigue al frente de la alcaldía y de una Corporación que se puede definir como la de las pequeñas obras y los grandes proyectos, que como el de El Zapatón comienza a desarrollarse con viviendas sociales, servicios educativos, sociales y deportivos. Precisamente por no ejecutarse en los plazos prometidos, el alcalde de la transición, Carlos Monje, abandonaba su cargo de teniente de alcalde en esta Corporación pluripartidista, puesto que pasó a ocupar Francisco Cascón Soriano, conocido por el concejal descalzo.

 

En el periodo 1980-81 dos avances se producen en comunicaciones: se van culminando las mini-rondas después de años de promesas y se electrifica la línea ferroviaria entre Santander y Torrelavega, que permitió el incremento de servicios y la mejora de los convoyes. La autovía entre las dos ciudades continuó formando parte del debate reivindicativo, a la espera de las necesarias partidas presupuestarias que años después hicieron posible esta vieja aspiración ciudadana.

            Son tiempos convulsos pero esperanzadores. No faltaron, por supuesto, las reivindicaciones laborales. La crónica de acontecimientos es larga, destacando la manifestación del 4 de abril de 1981 coincidiendo con conflictos en empresas como Sniace y Asturiana de Zinc. En aquellas semanas de abril-mayo fueron habituales las concentraciones de obreros reclamando mejoras salariales en sus convenios, algunas de las cuales terminaron con cortes de tráfico y enfrentamientos con las fuerzas de orden.  En los inicios de 1984 –ya con Felipe González de Presidente- la situación laboral volvió a enrarecerse con la convocatoria de huelgas y encierros en distintas factorías,  además de otros ámbitos  como el del profesorado. La calle se movía y no tardaría en convocarse una huelga general.

En el ámbito deportivo no son años de gran relieve  para la Gimnástica, pero la ciudad elevará su rango en el montañismo al conquistar montañeros de la Deportiva el primer siete mil. Es justo dejar constancia de sus nombres: Marisa Torralvo, Mauricio Carpena, Ángel Cianca y José Antonio Ríos. También los bolos dejaban muestra del buen quehacer torrelaveguense en el deporte vernáculo: la Bolística conmemoraba de manera brillante su Cincuentenario, disfrutando de una suerte que no tuvo en los corros ya que la Peña, por primera vez en la historia, descendía de categoría. Esa suerte se concretó al caer, en el número que jugaba la entidad, el quinto premio de la Lotería Nacional de Navidad, que dejó un buen pellizco a sus seguidores. En estos años irrumpía con fuerza la Peña San José, de Sierrapando, que tras inaugurar su corro tuvo la misión de organizar tres Campeonatos de España en la bolera cubierta de El Malecón con el amparo de la Federación presidida por Segundo Eguía.

 

Otra jornada importante fue la del 9 de marzo de 1984 al iniciar sus emisiones Radio SER-Torrelavega, primera emisora privada que pasaba a competir con la estatal de Radiocadena, antigua Radio Juventud,  fundada por Carmelo Oria en 1954.  Para pilotar la emisora fue nombrado Guillermo Gallardo Gutiérrez, que al frente de un excelente plantel de jóvenes profesionales – entre otros, su director desde 2001, Fernando Uría- pusieron en marcha esta empresa radiofónica. 

 

Entre las jornadas históricas que vivió la ciudad, destacamos la del 2 de julio de 1984 cuando los Reyes, Juan Carlos y Sofía, rindieron visita oficial con una brillante recepción en el Boulevard donde se congregaron varias miles de personas. Se trataba de la primera visita oficial como Reyes –la única hasta la fecha- durante la cual don Juan Carlos recibió el título de Alcalde Honorario de manos del primer regidor, Manuel Rotella.  Desde el balcón del Ayuntamiento, el Rey se refirió a que “en este fértil valle cántabro vengo a saludar y abrazar todo cuanto representa y sostiene vuestra comunidad: la voluntad en el trabajo, el mantenimiento de haciendas y estirpes familiares, las tradiciones religiosas, la cortesía que os es proverbial y, sobre todo, la unión ante el futuro (...)”.

 

Apenas cuatro meses después de la visita de los Reyes, el alcalde Rotella presenta su dimisión irrevocable, tras dieciocho meses de gestionar los intereses locales con una crítica contestación desde algunos sectores ciudadanos y en el seno de su partido. Las diferencias con la cúpula socialista –teniendo por medio su participación accionarial en el privatizado Alerta- provoca su marcha, siendo sustituido por un político del aparato regional y local: José Gutiérrez Portilla.

 

Otros dos acontecimientos no pasaron desapercibidos: el relevo de Pepín del Río al frente de los Garcilasos, batuta que recoge Lorenzo Morante, mientras que en la Banda Municipal de Música le llega a su director, Aurelio Sanchis, la hora de la jubilación. Sanchis había recibido la herencia del maestro Lázaro y en este tiempo, a pesar de sucesivos problemas, mantuvo una Banda de Música competitiva.  Pero este acontecimiento que afectó a la Banda antes de alcanzar su 75 aniversario, queda para los contenidos del próximo tomo. 

 

Varias biografías evocamos en este sexto volumen: la del teniente general del Ejército del Aire, Alejandro García González, que en tiempo de paz llegó a tan alta graduación que sólo ostentaron, en el siglo XIX, los militares del Ejército de Tierra, Ramón de Castañeda y Francisco de Ceballos;  el bodeguero y anticuario, Pablo Maestre Escudero, con su negocio de El Cosechero y sus llamativos relojes de pesa  y, por último, el artista Pedro Lázaro Baruque, polifacético hombre de arte e ingenio.

 

            Con la llegada del año 1985. la ciudad alcanza una población cercana a los 58.000 habitantes, con una tasa de actividad del  29,5 por ciento, una de las más bajas de España. En la que venía siendo capital industrial, el paro  ascendía a 7.000 personas, entre ellos numerosos jóvenes. La radiografía económica  era la siguiente: mientras tan solo un dos por ciento de torrelaveguenses se dedicaban al sector primario (agricultura y pesca), un 53 por ciento lo hacían en la industria y un 45 por ciento en los servicios. Los datos, en general, señalaban que para una población de 58.000 personas, 15.000 se encontraban en activo, de las que 13.000 eran varones y 2.000 mujeres.

 

            Estos y otros acontecimientos formaban parte de la vida local de estos años  marcados por lo social, que con sus retos e iniciativas  iremos desgranando en el siguiente volúmen.

 

 

 

 

Otros artículos: