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¿Y del empleo qué?

Por EVA BARTOLOME

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En Cantabria la destrucción de empleo se ha acelerado en los últimos trimestres después de la recuperación de los primeros meses del 2011. La paralización de la actividad económica no es ajena a este hecho. Existe una relación directa causa-efecto entre la parálisis económica y el paro. Y éstos con la inmovilización de la inversión pública.  Sólo la actividad económica permitirá crecer. Y sólo creciendo se comenzará a crear empleo, del que estamos tan necesitados. Este es un hecho incuestionable.

 

La situación extraordinaria en que nos encontramos exige que se tomen medidas también extraordinarias, medidas dirigidas a los sectores productivos de la economía, aquellos capaces de dinamizar o más bien de recuperar la actividad económica ahora con encefalograma  plano.

 

En los últimos meses todos los esfuerzos se han centrado en el control del déficit y la reducción de la deuda. No seré yo quien ponga en duda la necesidad de abordar este problema que, por otro lado comparto totalmente.

 

Sin embargo, tanto en la deuda como en el déficit  entran en juego otros factores macroeconómicos sobre los que también se puede actuar (y en los que no se está actuando, como una fiscalidad más justa y progresiva que no penalice a la clase media). Ello evitaría en gran medida tener que recurrir a la drástica caída de la inversión que se está demostrando tan perniciosa para el crecimiento y el empleo.

 

La superación de la crisis en Cantabria tiene como enemigas la situación general en España y en Europa; no estamos aislados y nos vemos directamente afectados por el entorno y las decisiones que se toman en el mismo.  No obstante nuestra región tiene una cierta capacidad de maniobra.  Y ese margen lo marcan los presupuestos: la distribución, el destino de los recursos de nuestra Comunidad son fundamentales en las diferencias de gestión y por tanto en sus consecuencias.

 

Por eso, durante el período de tramitación de los presupuestos generales de la región nuestro grupo parlamentario, el Grupo Regionalista, presentó diferentes enmiendas en los distintos ámbitos  pero con un objetivo común: la reactivación de la economía. Distintas piezas de un mismo engranaje con el empleo como finalidad.

 

Por tanto, aún siendo la situación difícil y limitados los recursos nuestras enmiendas redistribuyen los mismos recursos poniéndolos al servicio de la inversión, de los sectores productivos  que generen riqueza y por tanto empleo. Lamentablemente todas ellas han sido rechazadas y en 2012 Cantabria dispondrá de unos presupuestos que continuarán con una inversión congelada y cero obra pública.

 

Hoy Cantabria está peor de lo que estaba; los indicadores económicos no dejan lugar a dudas: el desempleo crece muy por encima de la media española; Cantabria a la cabeza del país en las insolvencias; el turismo baja frente a un crecimiento del 8% nacional; el consumo continúa en mínimos...

 

Sinceramente creo que el semestre de gestión popular en el gobierno de Cantabria ha defraudado la expectativa generada por sus muchas promesas. La realidad se ha demostrado muy diferente: la prioridad del empleo se ha traducido en más desempleo (8000 parados más desde junio); la bajada de impuestos se ha convertido en más impuestos (IRPF, tasas...). Recortes, desconfianza, en definitiva, desilusión en una sociedad necesitada de esperanza.

 

Nosotros seguiremos defendiendo nuestro criterio desde donde ahora nos toca, la oposición. Seguiremos ofreciendo nuestra total cooperación en lo que suponga un beneficio para la región. No es un gesto; es un deber.

 

 

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