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SACRIFICIO INUTIL

Por EVA BARTOLOME

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Hace más de un año que desde el Grupo Regionalista venimos denunciando que las directrices económicas que marcan desde el Gobierno de Cantabria y desde Madrid está provocando un sacrificio inútil.

 Cuando todos los esfuerzos (y digo esfuerzos cuando muchos son dramas) se centran en cortar y recortar por todas partes en aras del sacrosanto principio de consolidación fiscal y hacerlo ya los resultados no pueden ser otros que los que vemos cada día: más paro, más eres en las empresas, más recesión, más pobreza.

 ¿Argumento para defender esta política?. No podemos gastar lo que no tenemos; no nos gusta lo que hacemos pero no queda otro remedio. Pues sí, sí hay remedio; pero para poner en marcha otras recetas hay que ser exigentes y reivindicativos; algo que no se está haciendo.

 Los que ya tenemos una edad recordamos perfectamente el incumplimiento sistemático del control de déficit de Alemania y de Francia. Desde 1999 hasta 2008 tanto Alemania como Francia tuvieron déficits muy superiores al de España. Por aquel entonces el señor Aznar protestaba amargamente en Bruselas (sin éxito, por cierto) porque la UE miraba para otro lado. En ningún momento se planteó ni por asomo, imponer condiciones, exigir reformas, recortes o amenazar con señores de negro. Estos países siguieron financiando su deuda en intereses razonables. Nadie, ni el Banco Central Europeo, ni el Fondo Monetario Internacional, ni el Banco Mundial, ni las agencias de calificación pusieron en duda su capacidad como país o su estructura política (federal en el caso de Alemania) como algo insostenible.

 En cambio ahora nuestro país está sufriendo una presión como nunca antes. Los intereses nos ahogan; la lucha contra el déficit ha impuesto unos recortes que han provocado una brutal caída de ingresos. La reducción de gastos no alcanza a los ingresos cada vez más mermados con lo cual el objetivo cada vez está más lejos. Nos estamos agotando en una agónica carrera y no alcanzamos a la liebre. Y ahí estamos en una espiral perversa e interminable.

 ¿Por qué España no recibe el mismo trato que aquél que se dispensó a las grandes potencias europeas?. Ah, señores, ahí está la pregunta del millón de dólares, de euros o de la divisa que toque.

 Básicamente no es el déficit el problema; son los intereses que se pagan por la deuda y la estructura económica de uno y otros países lo que marca la diferencia. Y sobre eso no hay ninguna medida.

 Ha habido voces que se han levantado contra este principio sagrado de austeridad a “marcha-martillo”. Que  han pedido medidas urgentes para el crecimiento y la actividad económica  que es la única vía para que no se pierdan empleos, ni ingresos y por tanto, para luchar contra el déficit de manera efectiva. Se llegó a un acuerdo cuatripartito entre Merkel, Monti, Holland y Rajoy para destinar 130.000 millones a ese fin. ¿Qué fue de ello?. Abandonado, relegado, olvidado como tantas otras decisiones de esta Unión Europea renqueante que se dilatan y demoran o sencillamente se aparcan “sine die”. Y nadie exige nada.

 Los efectos devastadores en los ciudadanos  no parecen despertar las alarmas en los foros donde se toman las decisiones. Se persevera en unos ajustes que nos hunden sin remedio, nos devuelven a una situación de decenios atrás y dejan a los jóvenes sin futuro.

 Toda esta situación está generando un estado de decepción, de desánimo, de frustración, de desconfianza que no sabemos cómo se resolverá. Los políticos, incapaces de dar solución a los problemas de los ciudadanos, convertidos en el tercer problema del país, tendremos que reflexionar, corregir y decidir con valentía todo lo que sea preciso, bandonando cualquier objetivo que no sea el único que debe mover a los dirigentes de un país: defender  los intereses de sus ciudadanos.

 

Evolución del déficit       Alemania                    España                                  Francia

 

Millones €

% PIB

Millones €

% PIB

Millones €

% PIB

2011

-25.800,00 €

-1,00%

-91.344,00 €

-8,50%

-103.074,00 €

-5,20%

2010

-105.860,00 €

-4,30%

-98.166,00 €

-9,30%

-136.513,00 €

-7,10%

2009

-72.910,00 €

-3,00%

-117.306,00 €

-11,10%

-143.834,00 €

-7,50%

2008

2.820,00 €

0,10%

-45.189,00 €

-4,20%

-64.677,00 €

-3,30%

2007

6.550,00 €

0,30%

20.066,00 €

1,90%

-51.433,00 €

-2,70%

2006

-36.830,00 €

-1,60%

19.847,00 €

2,00%

-41.066,00 €

-2,30%

2005

-73.950,00 €

-3,30%

8.759,00 €

1,00%

-50.368,00 €

-2,90%

2004

-83.520,00 €

-3,80%

-2.862,00 €

-0,30%

-59.576,00 €

-3,60%

2003

-87.220,00 €

-4,00%

-1.622,00 €

-0,20%

-65.390,00 €

-4,10%

2002

-78.320,00 €

-3,70%

-3.312,00 €

-0,50%

-48.700,00 €

-3,10%

2001

-59.610,00 €

-2,80%

-4.361,00 €

-0,60%

-23.172,00 €

-1,50%

2000

27.090,00 €

1,30%

-6.161,00 €

-1,00%

-21.020,00 €

-1,50%

1999

-29.300,00 €

-1,50%

-8.254,00 €

-1,40%

-24.142,00 €

-1,80%

1998

-42.431,50 €

-2,20%

-17.268,20 €

-3,20%

-34.237,60 €

-2,60%

 

Fuente: www.datosmacro,com con datos del Banco Central Europeo

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