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REVISIONES DESPUES DE LA CRISIS DEL CORONAVIRUS

Por Joaquín Díaz Rodríguez

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Habitualmente los clubes deportivos cuando finaliza una temporada reúnen a sus dirigentes y piden un informe al entrenador. El entrenador, junto con sus auxiliares, estudia todo el proceso de las competiciones y hacen un balance final. En la mayoría de las ocasiones y antes de comenzar la nueva temporada proponen cambios, anuncian renovaciones de jugadores y dan la lista de bajas de los jugadores que ellos consideran que ya no van a ser útiles al equipo. Para los entrenadores, en muchas ocasiones, suele ser  una decisión muy  complicada.

 

Los líderes saben que entre sus principales obligaciones está la de tener que tomar decisiones que la mayor parte de las veces la mayoría no comprende. Como ocurre al final de una temporada deportiva, también después del periodo de alarma los responsables políticos tendrán que analizar el resultado de sus actuaciones y estudiar qué ha funcionado y qué no ha funcionado, quiénes han sido agentes útiles y quiénes inútiles, a quién se ha echado en falta y de quiénes, aunque hubieran estado en la plantilla, nadie se ha acordado.El Senado ha sido una de esas instituciones  que ni ha estado ni se le ha echado en falta y cuando ha aparecido lo ha hecho mal y para hacer ruido y montar bronca. Una camara que desprestigian los propios senadores con su inactividad improductiva.Su ultima actuación de control al gobierno ya la habiamos visto en el parlamento, mismas preguntas y mismos disparates Senadores amortizados en otros ámbitos a los que se busca un retiro dorado con una extraordinaria paga. Una cámara tan costosa como inutil.

El máximo responsable, el autentico líder, igual que hacen los entrenadores al final de la temporada, debería proponer al resto de dirigentes qué instituciones y qué personas sobran en la plantilla, en el organigrama para eliminarlas, suprimirles y darles de baja. Esta sería una decisión de un líder que en este caso si sería muy bien comprendida por una gran mayoría de ciudadanos. Popularmente se dice: quitar grasa a la administración política del estado.

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