Cada vez es mayor el número de personas que se preguntan, con bastante lógica, cual es el procedimiento que se está utilizando por parte del Gobierno de España para contener la expansión del CORONAVIRUS. No se acaba de entender bien, que como un bandoneón que se expande o se cierra según que sonido se quiera expresar, la dispersión de órdenes, medidas, formas de actuación y falta de proceder conjunto bajo la misma dirección, no sepamos cual es la melodía que se quiere interpretar para que sea reconocida por todos y aceptada por la mayoría.
Sin entrar, en esta ocasión, en la dejación de funciones que han perpetrado contra la separación de poderes 194 Diputados permitiendo que el Gobierno pueda actuar al margen del propio Parlamento eludiendo su vigilancia, diputados que no están solamente abdicando de su labor de control, sino que están privándonos a los ciudadanos de nuestra soberanía democrática al suspender nuestra presencia delegada y no respetar la separación de poderes que se han convertido en una mera separación de funciones, situación consentida por una población cobardona y acomodaticia.
Esta cobardía no se ha instalado solamente entre la población, los dirigentes políticos actúan con temor, mirándose de soslayo para ver quien es el que restringe libertades y no aparecer como el liberticida jefe, todos esperando que el campo esté lo suficientemente embarrado para que nadie pueda culpar a otro en exclusiva del secuestro de la población, que ya no está para aplaudir todos los días a las ocho de la tarde, sino que cuando reviente su paciencia y salgan con las cacerolas puedan mandar a la Policía y /o Guardia Civil a reprimir las libertades con la «Ley Mordaza» por medio, todos sean responsables de la situación y no puedan reprocharse nada entre ellos.
Mientras tanto estamos soportando medidas dispares, mucha confusión, información , contradictoria en bastantes casos y la ausencia de una autoridad única que ponga orden estableciendo directrices comunes, con un comité de expertos que lo sean de verdad además de públicos sus nombres, que ponga en marcha una campaña de test masivos y rastreadores para perseguir el CORONAVIRUS y su evolución, adelantar escenarios y combatir inteligentemente al virus, acompañado de las necesarias campañas de concienciación ciudadana, realizado todo ello con la autoridad moral que un equipo profesional, riguroso y no contaminado partidistamente podría hacer.
Esta incompetencia manifiesta además les tiene espantados por el destrozo económico que ya está aquí con datos escalofriantes, el Producto Interior Bruto ha descendido en Tasa Interanual un -8,7, descenso muy superior al de la Unión Europea que ha sido del -3,9 y también al que han experimentado Francia, Alemania o Italia, todos ellos en el entorno del – 4, la mitad que España.
Y les tiene espantados porque nos enfrentamos a un horizonte de recuperación que llevará más de una década, pues si en la anterior crisis, la generada entre 2008-2011, llevó la caída del PIB a un -1,3 y no nos recuperamos hasta 2018, imaginemos lo que puede suceder teniendo un crecimiento negativo siete veces superior al de entonces.
Conscientes de ello y con el miedo político hasta el tuétano tratan como si de un bandoneón fuese de salvar periodos económicos concretos, soltaron a la gente para tratar de arreglar el verano y ahora tiene que cerrar los pliegues del instrumento para tenernos secuestrados en Noviembre con la esperanza de dejarnos libres al final de mes y poder salvar la campaña de navidad. Todo ello sin solucionar nada, mientras esperamos a ver que nos permitirá seguir diciendo el nuevo Ministerio de la Verdad y sus espías.