LOS PADRES DE LAS GUERRAS
Por JOAQUÍN CUETO OTÍ
Porque “Los libros hablan, cuentan cosas, guardan las voces de los muertos”
Gustavo Martín Garzo
LOS PADRES DE LAS GUERRAS
Que las guerras son crueles, es certeza.
Los vencedores “triunfaron” perdiendo
y a los derrotados, según entiendo,
los dejaron sin pies y sin cabeza.
Todos sabemos que la guerra empieza
con dos energúmenos discutiendo
y acaba con inocentes muriendo
sobre míseras ruinas y pobreza.
Los culpables no sufren vejaciones,
ni mueren en los campos de batalla,
ni se pudren en lóbregas prisiones.
Y soy benigno, llamando canalla
al malvado inventor de municiones,
de fusiles y de mortal metralla.
Si quienes provocan las guerras tuviesen que exponer su piel a las balas de fusil, a las gélidas invernadas y al hambre perruno, seguramente cambiarían sus intereses y actuarían como personas civilizadas, pero mientras tanto, unos a trincar y otros a morir en la indigencia.
Si concentráramos todas nuestras fuerzas en construir la paz y no destruir, todo el mundo estaría mejor y no serían necesarias las contiendas que todo lo ponen patas arriba y nadie sale victorioso.
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